Voge ER10: una moto eléctrica interesante a la que le fallan los números

Voge ER10

Mira que me gusta la marca Voge… pero hoy vengo a sacarle los colores un poco. Ya me jode tener que hacerlo, pero esto va de contar la verdad, no de escribir publirreportajes como hacen otros.

Para quien no la conozca bien, diré que Voge es la marca premium (bueno, quizás ese adjetivo sea un pelín exagerado, pero así se autodenominan) perteneciente al gigantesco fabricante chino Loncin, y ha dado notables alegrías al fan de las motos en España, pues ha comercializado numerosos modelos con una excelente relación calidad/precio.

Su buque insignia a día de hoy es la trail DS500, que se estrenó en nuestro país el año pasado con un impresionante precio de derribo de 5.500 € y unas capacidades y calidades que poco tenían que envidiar a marcas de renombre.

Moto trail Voge DS500, versión 2021

Voge DS500 (versión 2021), un considerable éxito de la marca

Pero no sólo ese modelo es interesante. También lo es su antecesora, la naked de medio litro 500R, aún más económica que la anterior (puedes encontrar en liquidación la versión 2020 por 4.500 €); y la gama de 300cc, con 4 variantes en total, que aporta también unos modelos de iniciación de calidad, originales, y aptos para todos los bolsillos.

En serio, soy fan de sus productos, y creo que es una marca con un enorme futuro por delante (sí, ahora viene el PERO...)

Sin embargo, acaban de presentar su primer modelo eléctrico y… lo siento, pero aquí han pinchado. De hecho, han pinchado tanto que, cuando leía la ficha técnica, no me lo creía.

Sigue leyendo si quieres saber por qué.

La primera moto eléctrica de Voge no está a la altura del resto de su gama

Moto eléctrica Voge ER10 blanca

Empecemos dando algunos datos técnicos.

La ER10 (esta denominación, por cierto, recuerda más de lo deseable a Kawasaki) lleva un motor central de 6 kW, con picos de potencia de 8,9 kW y, por tanto, está homologada como equivalente a una 125cc, o sea, que se puede llevar con el carnet A1/B.

Equipa una batería que pesa nada menos que 30 kg (que no es extraíble), de 60 voltios y 70 amperios, y que se puede cargar en unas cuatro horas. A pesar de la considerable masa de las baterías, el peso total del conjunto es de tan solo 122 kg, lo que está bastante bien para una moto eléctrica.

Equipa horquilla invertida, basculante con bieletas, frenos de disco con pinzas convencionales (2 pistones delante y 1 detrás), sistema ABS, arranque sin llave (keyless), iluminación full led, hueco portaobjetos en el falso depósito, cuadro de información digital...

Hueco portaobjetos de la Voge ER10

Hueco portaobjetos en el falso depósito. Dudo que quepa un casco ahí, pero habría estado bien.

Hasta aquí, todo correcto en general, pero ahora vienen tres malas noticias:

1)  Su autonomía es de sólo 75 km.
2)  La velocidad máxima se queda en 90 km/h.
3)  El precio de estreno es de 6.300 €.

Y ahora comentemos uno a uno estos puntos.

Autonomía

Aquí hay poca discusión: 75 km se antojan un tanto escasos. Cierto es que también indican 100 km circulando a una media de 50 km/h y un máximo de 130 si circulas a 30 km/h, cosa que no creo que haga nadie sobre la faz de la Tierra.

Display digital Voge ER10

Información completa aunque con pocas florituras en el display digital de la ER10

Su uso queda, por tanto, estrictamente limitado a entornos urbanos, con poca capacidad para escapadas interurbanas. No son cifras de autonomía escandalosamente bajas, pero sí un poco por debajo de la competencia. Son suficientes, sí, pero si juntamos este valor con los dos siguientes es cuando la cosa se nos queda un pelín coja.

Velocidad máxima

Aquí la ER10 empata, por ejemplo, con la Super Soco TC Max, a 90 km/h. Vuelve a ser un dato que deja con ganas de más. Esa velocidad te impide ir realmente seguro por carreteras nacionales y está por debajo de casi todas las motos de 125cc con motor de gasolina, incluidas las más sencillas refrigeradas por aire, lo que vuelve a incidir en un uso estrictamente urbano.

Precio

Por último, si sumamos lo anterior a un precio de 6.300 €, se nos queda una moto de características puramente ciudadanas, pero que se enfrenta a rivales que ofrecen lo mismo e incluso mejor (sin ir más lejos, la OX One de la que hablé en el artículo anterior) por mucho menos.

Dos unidades en la presentación de la Voge ER10: en color blanco y en negro

Que no se me entienda mal. No es un precio desorbitado, pero si tenemos en cuenta la batalla feroz que Voge ha mantenido con su competencia en cuanto a precios (siendo prácticamente imbatible), esta ER10 me ha dejado un poco frío. Un poco bastante.

Si me hubieran dicho que cuesta, no sé, 5.000 € o menos, ya estaríamos hablando de otro punto de vista, pero mirándolo todo en conjunto, mi veredicto es que esperaba más de esta gente y de esta moto.

El extraño motor al descubierto de la ER10

Desgraciadamente, aún hay algo más que no me ha convencido en este modelo, y quiero comentártelo.

A ver, la estética en general me parece atractiva. Es moderna, está equilibrada, y elementos como el colín voladizo o el estilizado basculante están realmente conseguidos.

Vista lateral trasera Voge ER10

Ese colín en el aire es de lo mejorcito de la estética de este modelo

Sin embargo, hay un detalle que, a mi juicio, arruina su silueta, y desde el segundo uno en que la vi, mis ojos se fueron directos a esa zona. Se trata de su motor central, rodeado de cables como si estuviera a medio terminar o le faltase una tapa. Pero no, no se les ha olvidado nada: ES ASÍ.

De hecho, incluso su ubicación es realmente extraña, ya que está en posición central, pero situado más atrás que el eje del basculante, y eso es algo desconcertante. Además, verlo así me transmite fragilidad (aunque no lo sea, que no lo sé...) y toda esa masa de cables de alta tensión junto a otros convencionales, más los tornillos y abrazaderas, dan una sensación de imagen descuidada.

Lateral izquierdo Voge ER10 blanca

Con la misma cara que el chiquillo me quedé yo. Eso no es lo que yo llamo un diseño limpio.

Creo que este es un error tonto que afea la moto considerablemente y, por desgracia, hubiera costado poquito rematar el motor de forma más acorde a las líneas de esta ER10, que, repito, me parecen bastante logradas. Una pena.

Voge da su primer traspiés

Todas las marcas, tarde o temprano, sacan un producto que no está todo lo conseguido que a uno le gustaría. La lista de pifias de las marcas más famosas es interminable. Equivocarse forma parte del proceso de creación.

Voge viene de hacer las cosas muy bien. En muy poco tiempo (alrededor de dos años), se ha hecho con un nombre por estas latitudes a base de ofrecer buenos productos por un precio extraordinariamente contenido. Multitud de reviews alaban sus motos, que lucen diseños bastante llamativos y motores muy solventes.

Por ello resulta difícil confesar que con esta ER10 no han estado tan finos como con el resto de las motos que nos han traído hasta la fecha.

Lateral derecho Voge ER10 negra

Sin duda, a pesar de todo, este es un modelo interesante, pero posee ciertas limitaciones que hay que conocer y considerar, y un precio que, sin ser exagerado, no está en sintonía con lo que conocíamos de Voge. Es más, su coste está por encima en de otras alternativas eléctricas, que vienen apretando muy fuerte en los segmentos más asequibles.

Voge es una marca que se ha caracterizado hasta hoy por ofrecer precios demoledores y productos mucho más que decentes. Y yo lo siento, pero en esta ocasión no lo han logrado.

• Más info en: Voge Spain

Pablo Ortiz
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