Silence: la sorprendente historia de la marca de scooters eléctricos que arrasa en ventas

Scooter eléctrico Silence S01 verde flúor

Hace muy poco, ha sido noticia en todos los medios la hegemonía absoluta de la marca española Silence en el mercado de las motos eléctricas durante el año 2020.

Su dominio aplastante se cifra en nada menos que un 66% de cuota en el segmento L3E (básicamente, todo lo que esté a nivel de potencia por encima de un ciclomotor) en nuestro país, y de un 40% en toda Europa.

Son números sin duda impresionantes para una firma con menos de una década de existencia… que no es japonesa, ni china, ni alemana, ni norteamericana.

Una nueva edad de oro del motociclismo español

Hubo un tiempo (cuyo cénit podríamos situar en torno a los años ‘70) en que la industria de las motos tenía en nuestro país numerosas y relevantes marcas: Derbi, Bultaco, Montesa, Rieju, Puch, Ossa, Sanglas, Motor Hispania...

Montesa Impala Sport 175cc, año 1967

Una preciosa y cuidada Montesa Impala Sport (175cc) de 1967

A día de hoy, poco queda de aquello ya. Casi todas ellas murieron lentamente durante los ‘80 con la entrada de los fabricantes japoneses.

Montesa fue adquirida por Honda (y quedó relegada exclusivamente al trial, con sobresaliente éxito, eso sí); Derbi acabó en manos de Piaggio (que la explotaron durante unos años y luego la abandonaron); Bultaco murió, renació mucho más tarde como marca de vehículos eléctricos y volvió a morir de nuevo rápidamente; y algo -muy poco- queda por ahí de Motor Hispania...

Vamos, muy triste casi todo. Diría que sólo Rieju aguantó como pudo el paso del tiempo, y en los últimos años se ha forjado un papel muy interesante como fabricante de modelos eléctricos. Una superviviente.

Rieju Marathon 50, año 1979

Rieju Marathon 50, año 1979

En fin, aunque no soy yo muy amigo de orgullos absurdos, y no me siento representado por nadie sólo por compartir nacionalidad, no puedo evitar sentir cierta alegría al saber que estas motos se fabrican en España y son fruto de la iniciativa empresarial de un paisano.

Con lo jodido que es levantar nada en esta tierra, donde tu primer mayor enemigo es el Estado, una hazaña así tiene un mérito glorioso, épico.

De todas formas, aunque es evidente que quien reparte el bacalao ahora mismo es Silence, hay otras iniciativas y marcas de motos eléctricas muy interesantes en España, como la propia Rieju y muchas más: Volta, Next, Urbet, Torrot, Ecomobility Green World, Pursang, OX, Ghatto… por nombrar sólo algunas.

Entre todas ellas se está formando un enorme conglomerado español en la movilidad eléctrica sobre dos ruedas, que ojalá llegue muy lejos y dure mucho tiempo. Los grandes beneficiados seremos los consumidores de aquí.

Silence: un hombre y una obsesión por las motos

La marca Silence empezó a dar sus primeros pasitos hace casi una década, pero en realidad, la trayectoria de su fundador, Carlos Sotelo Rosell, tiene mucha más historia. Una historia que difícilmente te vas encontrar por ahí y que merece la pena contar.

Carlos Sotelo fue un destacado piloto de motos en el rally París-Dakar (cuando realmente se corría en África, no como ahora) a mediados de los ‘90, donde llegó a terminar tercero en compañía de Jordi Arcarons.

Gilera RC 600 en el desierto

Carlos Sotelo comenzó compitiendo en rallies con una Gilera RC 600 como esta

Pero resulta que Carlos, aparte de buen piloto, también era ingeniero industrial y tenía mucha inquietud por la fabricación de sus amadas motos.

Estuvo relacionado con la distribución multimarca en este sector, y al calor de la convalidación del carnet B con el A1, allá por el año 2004, nuestro protagonista decidió lanzar su propia marca de motocicletas: CSR (o lo que es lo mismo, Carlos Sotelo Racing).

Vale, estaremos de acuerdo en que no era el nombre más original del mundo, pero mientras no supieras lo que significaban sus siglas, hasta sonaba bien.

En aquellos años, los modelos del octavo de litro (125cc) se vendían como rosquillas debido a la apertura al mercado de conductores de coches, y surgieron toneladas de marcas nuevas como champiñones. En ese contexto, CSR se dedicó a importar modelos de China, de hasta 250cc, de corte sencillo y económico, teniendo cierto éxito con alguno de ellos, como la NKT1.

CSR NKT1

Mucho cable a la vista, pero no estaba mal en su día esta CSR NKT1

Durante esa etapa, el señor Sotelo se enfrentó a múltiples dificultades en cuanto a lo que significaba controlar desde España la calidad de los proveedores chinos, que no eran precisamente famosos por su calidad de fabricación en aquella época.

Ese fue uno de sus grandes aprendizajes para lo que vendría después.

Hay que decir que fueron muchas las marcas las que, por entonces, se aprovecharon del furor del mercado de las motos de 125, vendiendo modelos de pésima calidad a precios bajos, dejando un enorme reguero de compradores indignados, cuando no directamente estafados.

La fama de que las motos que venían de China eran una basura se forjó en gran medida en aquellos años, y no estaba exenta de cierta razón. Sólo cierta.

Con el paso del tiempo algunos aprendimos que en realidad casi todo viene de China, y que los niveles de calidad pueden ser tan buenos como los de cualquier otro sitio si se reúnen las circunstancias adecuadas (básicamente, control y presupuesto).

Leonart Spyder 125 azul

De vez en cuando llegaba algo interesante de China, como esta Leonart Spyder 125

Como puedes imaginar, muchas de las marcas de motos que surgieron entre 2004 y 2007 se extinguieron rápidamente como el fuego de una cerilla. Algunas no duraban ni un año. Sin embargo, CSR aguantó bien, con bastante dignidad durante mucho tiempo, y se notaba que había una genuina preocupación por vender con un mínimo de calidad.

Eso sí, también le debemos a Carlos Sotelo algunos de los atentados terroristas estéticos más sonados que recuerdo yo sobre dos ruedas, como fueron las CSR Custom 250 y, sobre todo, la Cruiser 250.

Por el amor de dios bendito… ¿¿quién cojones pudo pensar que vender esto podría ser una buena idea??

CSR Cruiser 250

CSR Cruiser 250: una absoluta pieza de museo (de los horrores, por supuesto)

No, en serio... qué ida de olla. ¿Quién en su sano juicio pudo comprar algo así? No tengo ni idea. Sólo sé que, sea quien sea, no lo quiero de vecino. ¿No podías dejar esto allí, en China, Carlos? Allí no molestaba a nadie. ¿Qué necesidad había de traer esto, tío?

Y la custom… ¿qué me dices de la custom? Una moto chopper automática (WTF??) con los laterales cubiertos ocultando el motor (que estoy seguro que era mejor no ver), y unas decoraciones ultra cutres de unas alas envolviendo… ¡unas altavoces con luces led!

¡¿En qué demonios estabas pensando, Carlos?!

La verdad es que esto causó mucho sangrado de retinas moteras. No sé si se había fumado algo raro ese día o era un cachondo mental. Aún no lo tengo claro. Sin duda, fue su episodio más oscuro.

CSR Custom 250

CSR Custom 250, un reproductor de MP3 disfrazado de moto

En fin, por fortuna para todos, estos sólo fueron dos cómicas anécdotas de la historia de CSR, y el resto de modelos eran bastante más decentes en general. Pese a todo, con la crisis española de 2008 y años posteriores, que arrasó todo el mercado de las motocicletas, la marca fue yendo a menos hasta su total desaparición.

Sin embargo, Carlos Sotelo aún no había dicho su última palabra.

El germen de los primeros scooters eléctricos modernos

Si bien, en mi opinión, quien sentó las bases de los scooters eléctricos actuales fue Vectrix (marca que se adelantó a su tiempo), ciertamente Silence canalizó todos los conocimientos que había sobre movilidad eléctrica sobre dos ruedas y los transformó en algo que era comercialmente viable.

Carlos Sotelo Rosell, fundador de Silence

Carlos Sotelo (de frente) en la línea de montaje de Silence con dos trabajadores

Los bocetos de su primer modelo, tal y como consta en su web, datan de 2011. Carlos Sotelo había logrado vender poco antes un diseño propio de un cuadriciclo (recordemos que es ingeniero industrial) a la empresa australiana Vmoto, la cual, curiosamente, más tarde sería responsable de la distribución mundial de Super Soco.

Carlos Sotelo estuvo trabajando para esta gente y viviendo un año en oriente, empapándose de toda la tecnología eléctrica que había ya en China. Según sus propias palabras, “aprendiendo, principalmente, todo lo que NO debía ser una moto eléctrica”.

Finalmente, todo esto desembocó en la vuelta a casa de Carlos y la creación, en 2012, de la empresa Scutum, pues esa fue la marca con la que, durante varios años, y hasta 2017, se comercializaron sus scooters eléctricos.

Prototipo Scutum S02, 2013

Uno de los primeros prototipos del Scutum S02 (2013)

Inicialmente, vieron que la mejor salida para su primer modelo, el S02, era venderlo para flotas de empresas, pues éstas estaban más dispuestas a apostar por la movilidad electrificada antes que el cliente particular de la calle.

Ese fue su primer gran acierto. Ten en cuenta que si vender un scooter eléctrico ya cuesta trabajo hoy, imagínate hace seis o siete años.

En 2014, mientras ya estaban dando forma al primer modelo destinado al público general (el S01), se les unen tres vitales accionistas: Repsol, La Caixa y el CDTI (Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial), que aportarían un capital importantísimo para alcanzar metas de gran nivel.

Poco después, la venta del S02 a empresas resulta ser un considerable éxito, destacando algunas tan grandes como Seur, Correos o Acciona, y haciéndose realmente fuertes en un incipiente mercado como era el del motosharing (básicamente, alquiler de motos), que desde entonces se ha extendido por todas partes como una mancha de aceite.

Silence S02 de la empresa de motosharing Acciona

Silence S02 prestando servicio para el motosharing de Acciona

Todo esto supuso un espaldarazo enorme para ellos, y en 2016 ya se prepararon para vender fuera de nuestras fronteras, sin abandonar aún el modelo S02, exclusivo para empresas.

El crecimiento continuo lleva a que, por fin, en 2019, lancen su primer scooter eléctrico para el público general. Éste llega con una estética con personalidad propia y una gran baza: la batería extraíble que se transforma en una especie de trolley con ruedas (patentado), lo que supone una solución muy ingeniosa a una de los aspectos más molestos del vehículo eléctrico: la recarga en casa.

Hay que decir que la batería en cuestión es compartida por todos los modelos de Silence, y no es precisamente ligera. No declaran este dato en su web. Hay medios que afirman que son 30 kilos y otros dicen que 40. Total... que no sabemos cuánto es exactamente, pero sí queda claro que es más pesada que muchas de la competencia.

Batería de los scooters eléctricos Silence

Un invento brillante: el battery-pack intercambiable de Silence

De hecho, lo normal es que, cuando las baterías pesan tanto, no se puedan sacar de la moto. En este caso sí se puede, lo cual es genial, porque no necesitas tener un garaje con enchufes privados. Además, ofrece muy buen rendimiento (5,6 kWh), y su instalación y extracción de la moto está a años luz en comodidad respecto de todas las demás, ya que no tienes que dejarte la espalda.

Segundo gran punto positivo para Silence.

Y el tercer y definitivo acierto de la marca ha sido ofrecer unos productos de calidad, con buen rendimiento en prestaciones, y con la mayor autonomía posible, a precios francamente asequibles. Pero eso, si quieres, lo vemos más en detalle a continuación.

Scooters eléctricos Silence: modelos y características

El catálogo actual de Silence está compuesta por 3 modelos (más otros 3 para empresas), los cuales, además, comparten bastantes componentes, por lo que casi podríamos decir que de un modelo han hecho toda una gama. Y eso, lejos de ser algo malo, es inteligente.

Veamos:

Silence S01: la joya de la corona

Si bien el primer modelo de Silence en nacer fue el S02, el S01 es el que estaba reservado para el mercado de particulares, y aquí echaron el resto.

Silence S01, frontal y trasera

El motor es de 7 kW (9,4 CV), con picos de 9 kW (12 CV)... aunque en algunos sitios puedas leer que llega a los 11 kW, lo cual no es cierto.

Ese nivel de potencia en un modelo eléctrico ya da para prestaciones de aceleración brutales, si bien su velocidad máxima está limitada (en el más permisivo de sus tres modos de conducción) a 100 km/h.

Además de esto, al contrario que muchos otros scooters eléctricos, bajo el asiento dispone de hueco bajo el asiento para dos cascos de tipo jet, lo cual no es desdeñable, teniendo en cuenta que el espacio que ocupa la batería no es pequeño. Es decir, no ha perdido una de las cualidades que definen a todo scooter: poder transportar cosas de cierto tamaño.

Silence S01: hueco bajo el asiento

La batería, por cierto, se carga en unas 5-6 horas, lo cual es un plazo bastante razonable y da para recorrer unos teóricos 127 km. Aunque sean muchos menos en un uso real, para los desplazamientos diarios típicos de este tipo de vehículos, basta y sobra.

Como detalles finales, te apunto que el peso del modelo sin batería es de tan solo 111 kg, que incluye frenada regenerativa, marcha atrás, un completo cuadro de información e iluminación full-led.

Y todo este atractivo pack por 6.250 €, que, además de ser un precio bastante contenido, resulta que no es raro encontrar ofertas por debajo de los 6.000 €, a lo que aún puedes sumar ayudas institucionales, y se te queda por debajo incluso de lo que cuestan modelos de gasolina.

Este modelo es el que Seat tomó como base para vender bajo su propia marca. Este acuerdo de colaboración, desde luego, fue un auténtico logro para Silence. Y así nació el Seat Mó, que básicamente es un Silence S01 con las fibras en rojo y renombrado bajo el logo de la empresa automovilística.

Scooter eléctrico Seat Mó rojo, basado en el Silence S01

Sin duda, le queda muy bien el rojo al Seat Mó. Bastante mejor que el verde de Silence.

El coste es prácticamente el mismo, si bien es cierto que el scooter de Seat se beneficia de los programas de financiación del grupo Audi/Volkswagen (al que pertenecen). No obstante, no sé tú, pero yo no le compraría una moto a una marca no ha vendido más que coches en los últimos 70 años. Es una estrategia que yo no entiendo muy bien desde el punto de vista de Seat, pero ahí está.

Silence S02 HS (High Speed)

Finalmente, el modelo primigenio de la marca, el S02, también es ofrecido a día de hoy a compradores individuales.

¿Qué lo diferencia del S01?

Bueno, la estética es ligeramente distinta, pesa algo menos (105 kg sin batería), y su velocidad máxima está limitada un poco más abajo: a 90 km/h. Viendo esto, puede que te extrañe lo de ‘high speed’, pero ten en cuenta que es para diferenciarlo de su hermano LS (low speed), que está homologado como ciclomotor.

Dicho esto, la batería y su autonomía teórica son las mismas que en el S01 (es igual pese a estar limitada a 90 km/h, ya que la autonomía no se mide a velocidad máxima, obviamente).

Silence S02 HS

La otra gran diferencia es la configuración del asiento, que aquí es más corto y ancho, dejando el espacio necesario para albergar un baúl trasero (de 30 ó 47 L de capacidad), el cual, por cierto, por mucho que he intentado averiguarlo, no he llegado a tener claro del todo si viene incluido con la compra del modelo (deduzco que no).

Recordemos que este modelo nació para atender necesidades de carga y transporte de las empresas (o de espacio para el casco en el caso de las marcas de motosharing), y de ahí que venga configurado así por defecto.

Finalmente, su precio es de 4.900 € (sin contar posibles ayudas o promociones), lo que lo sitúa bastante por debajo del S01 ofreciendo casi lo mismo. Así que, si 10 km/h menos de velocidad punta no te importan demasiado, este es tu modelo.

Silence S02 LS (Low Speed)

Finalmente, este es el hermano menor de la gama de Silence, homologado como ciclomotor, si bien el cuerpo y la estética son los mismos que en el S02 HS.

La velocidad máxima, por tanto, no puede exceder de 45 km/h, como es lógico por normativa. El motor en este caso es de unos modestos 1.500 vatios, que son suficientes para desarrollar el trabajo encomendado.

Silence S02 LS

En el caso del S02 LS, tienes la opción de comprarlo con la batería de su hermano mayor (5,6 kWh) o una más reducida, de 2 kWh. La autonomía con la mayor de las dos alcanza los 149 km, que es muchísimo, mientras que se queda en unos ajustados 52 km en el caso de la pequeña.

Puedes conseguir este modelo desde tan solo 3.200 €.

Variantes para empresas

Aunque no es objeto de este artículo entrar en este tipo de versiones, sólo por mencionarlo brevemente, te cuento que, tanto el S02 HS como el LS se ofrecen, con ligeras variaciones y más opciones de equipamiento (pantallas de protección, asientos monoplaza, baúles más grandes...) al mundo empresarial.

Y por último, existe también un modelo muy particular, denominado S03, que porta eje trasero de dos ruedas independientes y una capacidad de carga muchísimo mayor, con un cajetín de grandes dimensiones, destinado principalmente a empresas de mensajería o transporte ligero de mercancías.

Triciclo eléctrico Silence S03

Silence: una marca con gran futuro

Dicen que quien golpea primero, golpea dos veces, y esto es particularmente cierto en el mundo de los negocios.

Silence ha conseguido ser la primera marca de scooters eléctricos en encontrar un afianzamiento sólido en el mercado, y eso es digno de aplauso por un lado, y algo que hay que saber aprovechar, por otro.

Ahora mismo, esta empresa española es líder en el mercado español y europeo, con una cuota de mercado envidiable, impresionante, de esas que sólo se ven cuando nuevos nichos de mercado se abren. El mundo de las motos eléctricas es uno de esos recientes mercados aún por explotar en serio, pero esta coyuntura no durará para siempre.

Espero que el señor Sotelo sea muy consciente de la ventaja competitiva que tiene ahora y que sepa aprovechar esa fortaleza y experiencia en materia de vehículos eléctricos.

Silence S01 rodando con dos personas a bordo

Por desgracia, en noviembre de 2020, Silence sufrió un virulento incendio que arrasó con todo en una de sus fábricas. Esperemos que eso no haya afectado mucho a sus planes para 2021. Por suerte, el incendio no impidió que cerraran ese ejercicio fiscal con un crecimiento anual superior al 17% y con más de 9.000 unidades fabricadas.

Ojalá puedan seguir su marcha imparable y mantenerse en el liderazgo del mercado por mucho tiempo, si bien en un futuro cercano habrá más actores en el escenario y con mucho más músculo financiero.

Quizás Tesla siga sin fabricar su propia moto, pero aún así, llegarán las marcas japonesas (aunque permanezcan dormidas por ahora) y atacarán duro… pero si Silence evoluciona de manera inteligente en los próximos años, será muy difícil arrancarla de una posición de privilegio que se ha ganado a pulso.

Más info: silence.eco

Pablo Ortiz
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