
Hoy te quiero hablar de una marca que quizá conozcas ya.
O puede que no.
Se trata de Alrendo, una interesante marca china de motos eléctricas que se presentó al mundo allá por finales de 2019.
Su corta historia tiene un cierto ingrediente curioso.
¿Conoces algún producto que haya sido copiado antes incluso de salir a la venta?
Pues la moto de Alrendo ostenta ese honor. Algo deben haber hecho bien.
Verás.
El primer modelo que mostró la marca Alrendo fue la TS Bravo, una moto que, tanto por prestaciones como por diseño, destacaba bastante sobre lo que hasta ese momento había en el mercado.
Bueno, de hecho, lo sigue haciendo.

En unos renglones te hablo más sobre ella, pero es posible que te preguntes a qué venía eso de los linces ibéricos del título.
Bien.
Resulta que este modelo llamó tanto la atención de los medios, que fue plagiado implacablemente por compatriotas asiáticos, y (cómo no) esa triste versión clonada ha encontrado distribución en España antes que la propia versión original de Alrendo.
Sí, es un caso único: la copia se ha vendido en España antes que la original.
Acojonante.
La coña definitiva es que la marca española que vende la copia se llama Linze (sí, con zeta).
Y, desde luego, hay que reconocer que un poco linces sí que son…
Alrendo TS Bravo, un paso adelante en motos eléctricas

Ciertamente, a estas alturas, a punto de caramelo de 2023, el mundillo de las motos eléctricas se está empezando a mover mucho.
Buena muestra de ello es el reciente salón EICMA de Milán, donde las propuestas electrificadas han salido como champiñones.
Alrendo estuvo allí, lo cual demuestra que van en serio (porque estar ahí cuesta una pasta), pero la verdad es que la historia de su primera moto sufrió algunos vaivenes en los últimos años.

En 2020, cuando la TS Bravo era apenas un prototipo, se anunció con nada menos que 78 CV (58 kWh), 230 km de autonomía y un precio escandalosamente bajo (para ser eléctrica) de menos de 10.000 €.
Difícil de creer.
Algo así era muy complicado de imaginar por menos de 20.000 €, siendo muy generosos.
Realmente eran cifras sospechosas a cambio de ese precio tan bajo, y, de hecho, nada de eso se cumplió.
Al menos, no exactamente.
La realidad es que, una vez pasada la pandemia, cambiaron el motor por otro menos potente, pero consiguieron mejorar mucho la autonomía, y el precio anunciado siguió siendo tremendamente atractivo.
A continuación te dejo que le eches un vistazo a sus características técnicas.

Alrendo TS Bravo: ficha técnica
- Batería de 17,4 kWh de capacidad
- Autonomía (ciclo NEDC):
- hasta 438 km a 50 km/h
- hasta 278 km a 80 km/h
- hasta 160 km a 120 km/h
- Tiempo de carga hasta el 100%: 4 horas
- Cargador de 3.8 kW (compatible con estaciones de carga de tipo 2)
- Motor en el eje del basculante, de 11 kW (potencia máxima de 20 kW)
- Refrigeración líquida
- Velocidad máxima: 135 km/h
- Par motor máximo: 117,4 Nm
- Display multifunción de 7”
- Peso: 245 kg
- Precio anunciado: 12.350 €
No sé cómo lo verás tú, pero yo veo ahí datos que reflejan un modelo extraordinario, con una autonomía muy elevada, prestaciones muy razonables para todo uso y (lo más alucinante) a un precio que sigue siendo de derribo.
Sin duda, el tema del motor con refrigeración líquida es un gran punto a su favor, algo que se emplea muy poco en motos eléctricas y que favorece que su consumo de energía sea más eficiente.
La cuestión es que es un modelo realmente atractivo y, con esos datos sobre la mesa, podría arrasar… si cumple con lo que dice.

En este 2022 la marca estuvo de tour por España, recorriendo varios concesionarios de motos eléctricas, ultimando su distribución definitiva (ahora tienen también sede europea en Praga), que debería llegar en breve.
La realidad es que, en el momento de escribir estas líneas, el modelo aún no se puede comprar (aunque Buzz Motos en Madrid consta como primer distribuidor).
Lo del precio final habrá que comprobarlo, pero aunque se mueva un poco de lo anunciado, creo que sigue siendo una compra espectacular.
Recordemos que modelos con ese porte y nivel de autonomía cuestan actualmente entre 25.000 € y 30.000 € en el mercado.
El arte chino de plagiar descaradamente
Quizás recuerdes, como yo, la época del furor de las motos de 125cc, cuando se aprobó la convalidación del carnet A1, allá por el año 2004.
Ha llovido mucho desde entonces.
Ahí fue cuando los fabricantes chinos de motos desembarcaron por primera vez de manera masiva en España.
Nos llegaba cada truño de moto que era espectacular.

Lo único que primaba era hacer dinero rápido con cualquier cosa, aunque fuera basura infecta que se te iba a caer a cachos a los dos años.
Cosa que sucedió, claro.
Y, por supuesto, se vendieron muchos modelos que eran copias descaradas de otros. Mierdas sobre dos ruedas por menos de 2.000 €.
Aquello era el salvaje oeste y valía todo.
Aún así, se las quitaban de las manos, pero hubo muchas víctimas de tanto desalmado. Gente que tiró su dinero al vertedero e incluso gente que puso en riesgo su integridad física.
Desde luego, fueron unos tiempos inolvidables, para lo bueno y para lo malo.

Esa época es la que hizo que el público español se quedara con la imagen de que una moto china era una porquería.
Joder, porque lo era.
Al menos, el 95% de lo que venía de allí (y puede que me quede corto).
El maravilloso comunismo
Hay gente que se pregunta cómo es posible que los chinos se dediquen tan alegremente a falsificar productos de todo tipo (incluidos coches y motos) y no pase nada.
La respuesta es sencilla: comunismo a tope de power.

Esta ‘brillante’ ideología desprecia por completo la propiedad privada, salvo si eres miembro del partido comunista, claro.
Ese desprecio incluye, evidentemente, a la propiedad intelectual, a la cual pertenecen los diseños, marcas y patentes industriales de cualquier producto creado por la humanidad.
Vamos, que en China se pasan tus diseños o tu-lo-que-sea por el arco de triunfo.
El plagio allí es legal al 100%.
Eso sí, vender plagios fuera de China no es legal y por eso hacerlo es más delicado. Y, sin embargo, se hizo y, como en el ejemplo de hoy, se sigue haciendo.
¿Por qué?
Pues, básicamente, porque en muchas ocasiones no compensa económicamente meterse en pleitos judiciales que, muy probablemente, tampoco reporten ningún beneficio.

Bueno, quizás habría que matizar que este tipo de prácticas de clonación han ido a menos en los últimos 20 años, afortunadamente, conforme el gigante país asiático se ha ido convirtiendo en la fábrica del mundo.
Poco a poco fueron dándose cuenta de que, para ganarse cierto respeto fuera de sus fronteras, debían fabricar motos más decentes y que no fueran denunciables.
Pero, por desgracia, hay costumbres que cuesta soltar, y siempre hay algún españolito espabilado dispuesto a aprovechar que el Pisuerga pasa por Valladolid.

Linze Soul: una Alrendo TS Bravo de segunda
De verdad, no tengo nada en contra de la marca Linze.
Es más, me apena que una marca española haya hecho esto, pero creo que algo así no se debería permitir, y esta es mi opinión personal del asunto.
Esta gente lanzó hace unos meses ‘su’ modelo Soul, que no es más que un ‘fusilamiento’ exacto, línea por línea, y casi tornillo por tornillo, de la Alrendo TS Bravo.
Y esto es una patochada indigna del año en que vivimos.
En su página web, incluso tienen los santos huevos de afirmar que han colaborado en su diseño. Acojonante.
Se deben referir a la pegatina que lleva su marca.

No me digas que no son cracks.
En fin, es evidente que Linze habrá comprado este modelo a cualquier fabricante chino generalista, de los muchos que pueblan sitios web como Alibaba.
Les pareció chulo el modelo (porque lo es), lo importaron, le pusieron una pegatina con su marca y a volar.
No sabemos si eran conscientes del plagio que estaban comprando a los chinos (si son realmente espabilados, supongo que sí), pero se pusieron a vender rápido, que la vida son dos días.

Igual pensaban que nadie se iba a dar cuenta, que el público es ignorante o que le da igual que sea una copia barata.
Y hay que reconocer que hábiles sí han sido porque se han adelantado incluso a la venta del modelo original, por lo que sólo quienes conocemos bien el mundo de las motos eléctricas podemos darnos cuenta de lo que hay.
Y lo que hay… pues es lo siguiente.
Linze Soul versus Alrendo TS Bravo
Como era de esperar, las características técnicas de este modelo son muy inferiores a las de la Alrendo TS Bravo.
Porque han clonado el exterior, pero las tripas son muy diferentes.
El primer gran cambio es el tipo de motor, que en esta versión cutre salchichera se aloja en la rueda trasera. Para que puedas comparar bien, te he puesto de nuevo los datos de la TS Bravo en rojo:
- Batería de 7,2 kWh de capacidad
- Alrendo: 17,4 kWh
- Autonomía: 123 km en modo ECO (es todo lo que dicen)
- Alrendo:
- hasta 438 km a 50 km/h
- hasta 278 km a 80 km/h
- hasta 160 km a 120 km/h
- Tiempo de carga hasta el 100%: 6,6 horas
- Alrendo: 4 horas
- Cargador de 72V 15A
- Alrendo: cargador de 3.8 kW (compatible con carga tipo 2)
- Motor tipo hub de 5 kW (potencia máxima de 8,4 kW)
- Alrendo: Motor en eje del basculante, de 11 kW (máx. 20 kW)
- Velocidad máxima: 110 km/h (aunque publicitan 120 km/h)
- Alrendo: 135 km/h
- Refrigeración por aire
- Alrendo: refrigeración líquida
- Par motor: 68 Nm
- Alrendo: 114 Nm
- Peso: 166 kg
- Alrendo: 245 kg
- Precio: 6.690 €
- Alrendo: 12.350 € (supuestamente)
Bueno, yo creo que sobran las palabras.
Lo que queda claro es que, al comprar esta moto, no sólo te llevas una triste copia de otro modelo, sino que todo lo que lleva dentro es sensiblemente peor. Además, se nota incluso a través de las fotos que el nivel de acabados no tiene nada que ver.
Eso sí, es mucho más barata, eso es indiscutible.
Aunque hay otra forma de verlo. La otra manera es interpretar que es el plagio más caro que jamás se haya visto en el mercado español de motocicletas.
Y eso tiene su mérito, la verdad.

También apena constatar cómo los medios que hablaron del lanzamiento de esta Linze Soul no han dicho ni mu, ni siquiera han sugerido cierto parecido sospechoso con el modelo al que clona.
¿Cómplices o simplemente ignorantes?
En fin, ese es el nivel medio de las noticias de motos en España.
El precio de ser cutre
He aquí una reflexión final sobre todo esto.
Mira, yo creo que vender motos es algo que conlleva bastante responsabilidad. Más que con cualquier otro tipo de productos, porque una moto es un vehículo en el que un error de fabricación te puede mandar al otro barrio.
No es lo mismo que vender, qué sé yo, sartenes de teflón.
Yo no pondría mi vida en las manos de empresas que fabrican productos con el nivel de ética que acabamos de ver.
Sí, probablemente todo lo demás esté perfectamente ajustado a las debidas homologaciones técnicas del mercado y con todo en orden (supongo), pero conmigo ya que no cuenten.

Mi confianza y mi respeto los han perdido desde el minuto uno. Y esas dos cosas son de muy difícil recuperación.
¿Comprarías tú un coche que parece exactamente un Audi A3, pero que no lo es, aunque cueste la mitad?
Yo, no. Nadie sensato lo haría.
Es más, Audi los crujiría a demandas.
Sin embargo, Alrendo no tiene ese poder económico, no puede malgastar tiempo y dinero en demandas de ese tipo. Pero eso no quita para que esto sea impresentable.
Y alguien tiene que decirlo.

Modelos como la Linze Soul no deberían venderse en España, y es una pena que una marca nacional haya cometido este error de bulto en pleno 2022.
Cuando te atreves a vender cosas así, es que eres un empresario muy cutre, y la cutrez siempre paga un precio.
Si vendes productos cutres, obtienes clientes del mismo nivel, y así no se puede construir ninguna marca seria.
Es imposible.
En fin, no os preocupéis.
Se han pasado de linces, pero el tiempo pondrá todo en su sitio, como siempre ocurre.
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